jueves, 30 de noviembre de 2017

Manual para madres - Prólogo

Prólogo

Hacer llorar a mi mamá era uno de mis deportes favoritos a los 15 años. Se adquiere cierta maestría con la práctica. Luego ya hasta me salía sin querer. Una vez, harta de descubrir a mi mamá leyendo cartas de novios, fragmentos de mi diario o cuanto papel se encontrara en mi cuarto. Le dejé una nota escondida, dirigida específicamente “a la chismosa de mi madre” decía que su vida era tan aburrida que tenía que vivir a través de la mía. Yo quería que aprendiera a no leer mis cosas. Aprendizaje tipo: “en el pecado lleva la penitencia”.  Lloró, naturalmente y lejos de aprender a respetar mi privacidad se sintió profundamente ofendida por mi falta.

“Ya lo pagarás con tu hijos” y “Eres insoportable” han de haber sido las frases más usadas por mi mamá en mi adolescencia.

Ahora que tengo 32 años y estoy casada, cada vez que pienso en tener hijos me retumban en mi cabeza esas palabras que me decía mi madre. “Lo pagarás con tus hijos”. Me da un miedo genuino la pubertad de mi descendencia. Y es que los adolescentes son unos monstruitos. Yo lo era.

Tal vez si ella hubiera fomentado una relación de confianza y de amistad, una relación como la que formó con mi hermano por ejemplo, nos hubiéramos llevado mejor. Siempre creí que el favoritismo hacia mi hermano se debía a la formación fuertemente machista de mi mamá, pero ahora veo con algunas amigas que son mamás, que tienen un vínculo más especial con sus hijos hombres empiezo a sospechar que además del machismo heredado puede ser empatía hormonal. Por cualquier razón creo que un adulto puede fomentar una relación cordial con sus hijos. Así que con esa premisa empecé a escribir un libro para mí, para cuando tenga hijos. Lo titulé “Manual para Madres” Ahí escribiría lo que no me gustó y lo que yo haría diferente.

Resulta que mis amigas les pareció una gran idea y muchas quisieron contribuir. Así que comencé a entrevistar mujeres. El único requisito: que no fueran mamás. La perspectiva de una madre siempre es un poco sufrida es su cualidad innata: sufrida y miedosa. Así que nada de eso en el libro. Recaudé información, diferentes perspectivas y anécdotas de una variedad de mujeres de 13 a 40 años.

Ninguna de nosotras sabemos lo difícil que es ser mamá, pero aquí una recopilación de nuestra visión de hijas respecto a la maternidad.

Espero que me sirva a mi y a muchas otras mujeres para fomentar una relación bonita con sus hijos.


Y bueno, si me toca engendrar un demonio tipo el hijo de Rosemary con el que no logre una relación amorosa a pesar de mis esfuerzos consientes escribiré el libro: Cómo sobrevivir a tus hijos, que además de catártico creo que puede tener un público numeroso.

Iré publicando cada mes un capítulo, disfrútenlo.

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